Velando por el bienestar integral

Facultad de Medicina inicia formación de monitores en salud mental

Facultad de Medicina inicia formación de monitores en salud mental
1
Doctora Viviana Guajardo, coordinadora de la Estrategia para el Cuidado de la Salud Mental de la Facultad de Medicina.
2
Cristian Nabalón, director Económico y de Gestión institucional de nuestro plantel.
3
María de los Ángeles Ramíres, psicóloga clínica y miembro de OTEC Impulsa, organismo encargado de las capacitaciones.

Este miércoles 15 de octubre en el Auditorio Sofía Pincheira del Campus Norte, se realizó la primera jornada del Programa de Capacitación de Formación a Monitores en Salud Mental, iniciativa impulsada por la Dirección Económica y de Gestión Institucional (DEGI) y la Coordinación de Salud Mental del decanato. El programa, ejecutado por OTEC Impulsa del Grupo CETEP, busca entregar herramientas para la detección temprana, acompañamiento y canalización de situaciones de crisis dentro de la comunidad universitaria.

“Ustedes han sido seleccionados por las características de su trabajo, pero también pensando en todo lo que involucra las temáticas de salud mental”, expresó Cristian Nabalón, director de la DEGI, al dar la bienvenida a las y los participantes. “Lo esencial es que cuando termine este curso, puedan tener una mirada distinta respecto a la que tienen hoy día. No nos vamos a convertir en expertos, pero sí en personas con más herramientas para escuchar, reconocer y acompañar”, agregó.

Una estrategia transversal para el bienestar

Durante la jornada, la doctora Viviana Guajardo, coordinadora de la Estrategia para el Cuidado de la Salud Mental de la Facultad de Medicina (FMUCH), presentó los fundamentos y objetivos de esta política institucional que, desde hace dos años, busca instalar una cultura de bienestar integral en todos los estamentos.

“Cuando hablamos de salud mental, estamos hablando del estado de bienestar que permite a las personas hacer frente al estrés de la vida, trabajar, disfrutar y contribuir con otros”, explicó. “Nuestro bienestar impacta en el de los demás; cuando alguien está mal, eso también repercute en quienes le rodean”.

La académica enfatizó que la estrategia tiene una mirada amplia, orientada no solo a estudiantes, sino también a académicos y funcionarios. “La pregunta siempre era la misma: ¿y cuándo para los funcionarios y académicos que también atendemos estudiantes, que también vivimos situaciones personales? Por eso, pensamos en una estrategia que abarcara a toda la comunidad”, señaló.

La doctora Guajardo abordó los pilares conceptuales del modelo dual de salud mental, que distingue entre el bienestar general y los trastornos clínicos: “Podemos tener o no un diagnóstico, pero igualmente experimentar un bajo grado de bienestar. No se trata solo de patologías, sino de cómo nos sentimos en nuestros entornos laborales, académicos y personales. De ahí la importancia de promover espacios saludables y colaborativos”, sostuvo.

Asimismo, planteó la necesidad de avanzar hacia transformaciones estructurales que favorezcan entornos saludables: “A veces mejorar la salud mental pasa por cosas simples, como tener claridad sobre los procedimientos laborales o contar con información accesible. Eso reduce el estrés y mejora la convivencia”, dijo.

La Estrategia de Salud Mental —añadió— contempla tres grandes objetivos: “Visibilizar y articular lo que se hace en la facultad, desarrollar competencias y brindar apoyo”. En este contexto, la formación de monitores constituye un hito clave en el desarrollo de competencias institucionales. “Queremos que quienes participen puedan reconocer tempranamente factores de riesgo, saber dónde derivar, a quién acudir y cómo actuar ante una situación compleja”, subrayó.

La doctora Guajardo también anunció el relanzamiento del Protocolo de Salud Mental en su nueva versión 2025, previsto para el viernes 17 de octubre, que incorporará mejoras y actualizaciones basadas en las experiencias de estudiantes, académicos y funcionarios: “El nuevo protocolo enfatiza la orientación y los canales de apoyo disponibles, porque muchas veces el desconocimiento genera angustia. Saber dónde acudir es un alivio en sí mismo”, explicó.

Fortalecer competencias y redes de apoyo

El Programa de Formación de Monitores en Salud Mental forma parte de un conjunto de capacitaciones que incluyen también un Programa de Autocuidado y otro de Liderazgo y Buen Trato, ambos orientados a fortalecer una cultura organizacional basada en el respeto y el acompañamiento.

“La idea es que este espacio entregue más herramientas de las que tenemos hoy para enfrentar distintas situaciones”, señaló Cristian Nabalón. “A veces no logramos establecer conversaciones entre jefaturas, pares o equipos, y eso genera conflictos que se esconden bajo la alfombra. Este programa apunta justamente a visibilizar, a conversar y a entregar herramientas para que cada uno pueda manejar mejor la impulsividad y la emocionalidad en el trabajo”.

El director de la DEGI agradeció al equipo organizador y destacó el valor de esta primera versión del curso: “Esto no es un fin en sí mismo, sino el inicio de un proceso de transformación institucional. Esperamos que cada participante, al finalizar, pueda ver su entorno con otra mirada y contribuir a un clima laboral más empático”.

En esa línea, la doctora Guajardo explicó que la capacitación se inscribe en un proceso más amplio de alfabetización en salud mental: “Ya hemos capacitado a equipos directivos y autoridades en la identificación de riesgos psicosociales y en primeros auxilios psicológicos. Ahora queremos que esta formación llegue también a los equipos administrativos, técnicos y académicos”, detalló.

Asimismo, recordó que la FMUCH ha fortalecido los canales de orientación y apoyo. “Durante este año hemos recibido más de veinte consultas de funcionarios por diversas situaciones, desde temas personales hasta dudas sobre la aplicación de la Ley Karin. No ofrecemos atención psiquiátrica, pero sí orientación para que las personas sepan a dónde acudir”, indicó.

Formación con evidencia y acompañamiento profesional

La psicóloga clínica María de los Ángeles Ramírez, de OTEC Impulsa, presentó los contenidos y estructura del curso que se desarrollará bajo modalidad e-learning, con una parte presencial, una duración de 100 horas y certificación SENCE.

“Este programa busca entregar herramientas de acompañamiento emocional en tiempos de crisis, basadas en protocolos de intervención y evidencia científica”, explicó. “Está diseñado para que las y los participantes puedan aplicarlas tanto en el ámbito laboral como en su vida personal”.

La profesional contextualizó la relevancia de este tipo de iniciativas: “El estallido social y la pandemia nos dejaron una enseñanza crucial: debemos desestigmatizar el cuidado de la salud mental. Hablar de salud mental puede salvar vidas. Preguntarle a alguien cómo está puede ser tremendamente significativo”, afirmó.

Ramírez destacó la trayectoria del Grupo CETEP, organización con más de veinte años de experiencia en el ámbito de la salud mental. “Fuimos fundados por psiquiatras formados en la Universidad de Chile y hoy somos un ecosistema de más de 300 profesionales dedicados a acercar la salud mental a las personas. La FMUCH está trabajando con un equipo especializado, y eso garantiza la calidad y la seriedad del programa”, aseguró.

En su exposición, la psicóloga recalcó que la formación de monitores tiene un propósito transformador. “La pandemia y el estallido social han derribado estigmas, pero también nos han impuesto nuevos desafíos sobre cómo habitamos nuestros espacios de trabajo y nuestras relaciones. Este programa busca entregar herramientas concretas para acompañar, sostener y promover el bienestar”, expresó.

El curso —detalló— está compuesto por dos módulos: uno teórico, sobre emociones y tipos de crisis, y otro práctico, sobre estrategias de abordaje: “Es una capacitación flexible, asincrónica y accesible desde cualquier dispositivo. Queremos que nadie quede fuera por falta de tiempo o por dificultades técnicas”, añadió.

Además, subrayó el carácter inclusivo y humano de la iniciativa: “El programa está pensado para personas que trabajan directamente con público o en funciones de acompañamiento, pero también es una oportunidad de aprendizaje para toda la comunidad. Cuidarnos entre todos es parte de nuestra responsabilidad institucional”, sostuvo.

Hacia una comunidad universitaria más empática

Al cierre del encuentro, las autoridades coincidieron en que esta capacitación constituye un paso decisivo en la consolidación de una política universitaria de salud mental.

“Este trabajo no lo hacemos por cumplir ni por protocolo, sino porque creemos en el bienestar de nuestra comunidad”, enfatizó la doctora Guajardo. “Queremos construir una facultad más saludable, donde las personas se sientan escuchadas, acompañadas y con espacios para hablar de lo que les pasa”.

En la misma línea, Cristian Nabalón recalcó que la formación de monitores en salud mental refuerza la cultura de cuidado mutuo que la facultad ha promovido en los últimos años: “Estamos aprendiendo a respirar, a detenernos y a mirar a los otros con más empatía. Esa es la evolución que queremos ver en nuestra institución”, afirmó.

Por su parte, María de los Ángeles Ramírez invitó a los participantes a aprovechar este espacio como una oportunidad de crecimiento personal y colectivo: “Las herramientas que adquirirán aquí no solo servirán para apoyar a otros, sino también para cuidarse a sí mismos. Este tipo de programas cambian la forma en que vivimos y trabajamos”, concluyó.

Esta primera versión del programa marca un punto de inflexión en la forma en que la Facultad de Medicina aborda la salud mental: no solo como un tema de atención profesional, sino como una tarea compartida entre todos quienes integran su comunidad. Al formar monitores y abrir espacios de conversación, nuestra institución comienza a tejer una red de cuidado cotidiano que busca transformar la convivencia universitaria desde lo humano.