La instancia fue una de las últimas actividades organizadas por la Coordinadora Centenario Ana González, que a lo largo de este año ha desarrollado diversas iniciativas. Con palabras de la directora de la Biblioteca Nacional, Soledad Abarca de la Fuente, comenzó la jornada marcada por reflexiones en torno a la materia. Abarca agradeció la presencia de quienes permitieron el desarrollo de esta instancia y explicó que el seminario fue posible gracias a un trabajo interdisciplinario. Dando la bienvenida a las organizaciones defensoras de derechos humanos, indicó: “La biblioteca es un espacio colaborativo, ciudadano, y nos interesa mucho tener estas instancias de reflexión”.
Asimismo, el hijo de Ana González, Ricardo Recabarren González, reflexionó y destacó que “en estas ponencias se teje una red de resistencias. Cada voz, cada experiencia es un tributo a mi madre, donde la dignidad sea el suelo común. Esta lucha no es solo por el pasado, sino que por el futuro”. A esto, Recabarren agregó que “Ana no solo era mi madre, era abuela, esposa, compañera de tantas mujeres, y juntas bordearon el miedo y el silencio impuesto por la dictadura”.
Panel inaugural: Plan Nacional de búsqueda
La moderación del primer panel estuvo a cargo de Roberto Guerra Veas, de la Corporación Escuela de Gestores y Animadores Culturales (EGAC). Se dio inicio con las palabras de la subsecretaria de Derechos Humanos, Daniela Quintanilla Mateff, quien explicó diversas aristas técnicas, los principales avances y la continuidad del Plan Nacional de Búsqueda.
La subsecretaria destacó el objetivo del Plan Nacional de Búsqueda, que se trata de “una responsabilidad ética y jurídica del Estado de Chile”. Asimismo, destacó el rol que ha cumplido el equipo multidisciplinario, lo que señaló “ha enriquecido el trabajo investigativo, las hipótesis, y la reconstrucción de trayectorias”. A ello, destacó el despliegue de búsqueda forense en terreno y el apoyo de distintas instituciones que han puesto a disposición parte de sus recursos materiales en la búsqueda.
Quintanilla reflexionó sobre la proyección del Plan a futuro. “No es posible que un gobierno de turno simplemente diga “no vamos a seguir buscando”. Aquí hay un mandato legal. Ahora, la manera de ejecutar esas acciones, hay discrecionalidad, pero no pueden no cumplirlo y eso es un hito que tenemos que tener sobre las reflexiones finales de la continuidad de la política”.
Luego de la subsecretaria, fue el turno de la directora de Londres 38, Espacio de memorias, Erika Hennings, quien continuó como expositora de la instancia abordando los desafíos en materia de ley e impunidad: “Entiendo que hay una política pública pero no una ley y eso me preocupa”. Destacó la relevancia de que el plan sea parte de una política estatal, pero también consideró que aún falta información.
Por último, intervino el párroco de la iglesia San Alberto de Sicilia en Recoleta y miembro del Comité de Seguimiento y Participación del Plan Nacional de Búsqueda, Tomás Scherz Take. Finalizó la sesión destacando la idea del Estado como actor en el esclarecimiento de los crímenes de lesa humanidad cometidos en dictadura, y el respeto de los derechos humanos como una garantía estatal. “La memoria es decir “aquí nos equivocamos y la única manera de sanar tiene que ver con un reconocimiento”.
Panel: Sitios de memoria y lucha contra el olvido
La mesa abordó el valor de los sitios de memoria como espacios fundamentales de recuerdo, conmemoración y de defensa de los derechos humanos, así como para la construcción de la memoria colectiva. La integrante de la Corporación Traslahuella de Talca, Silvia Gutiérrez, moderó el panel.
El miembro de la Corporación Memoria Lonquén, Osvaldo Aravena Sobarzo, inició con la ponencia “Nuestra memoria como semilla para la paz”. En ella, Aravena reflexionó sobre la importancia de los sitios de memoria, como los Hornos de Lonquén, donde se encontraron el 30 de noviembre de 1978 los primeros restos de personas detenidas desaparecidas por la dictadura en Chile. “Seguimos trabajando para que tengamos un memorial en Lonquén, y todavía no lo tenemos”.
La siguiente presentación fue “Fútbol, represión y memoria: El Estadio Playa Ancha de Valparaíso como territorio en disputa y su uso como centro de detención y tortura durante septiembre y octubre de 1973”, del integrante de la Corporación de Estudios Sociológicos del Fútbol, Bastián Becerra Benítez. El sociólogo expuso que una de las motivaciones para la investigación fue la poca información existente respecto al rol del estadio deportivo Playa Ancha en dictadura. El objetivo del trabajo fue visibilizar la represión ejercida en el estadio, algo poco conocido por las y los vecinos del sector.
Por último, la presidenta de la Asociación Nacional de Defensoras y Defensores de Derechos Humanos (ANDEDH), Daniela Aceituno Silva, presentó los resultados del libro pedagógico “Chena. El cerro es testigo. Recursos para la promoción de la memoria histórica y la educación en Derechos Humanos”. La trabajadora social destacó la historia y memoria de la Corporación Memorial Cerro Chena de San Bernardo, lo que se ve reflejado en el escrito, destinado a la pedagogía de la memoria. “Este es un derecho a la verdad no sólo de quiénes vivieron esos horrores terribles, sino también de todos y todas”.
Panel: Mujeres, memoria y Derechos Humanos
Durante la tarde, el panel reflexionó sobre el rol de la mujer como productora de memoria colectiva y defensora de los derechos humanos, ampliando el fortalecimiento de los procesos de justicia y verdad. La coordinadora ejecutiva de la Cátedra de Derechos Humanos de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, Bárbara Azcárraga, estuvo a cargo de moderar la conversación.
La estudiante de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales, Amanda Urrutia, inauguró la sesión con “Memoria, género y resistencia: el rol político de las mujeres de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) frente a la impunidad y el negacionismo en la transición democrática chilena”.
Durante su intervención, Urrutia aclaró que la transición a la democracia en Chile no fue un acto de paz, sino que fue “un proceso pactado de las élites políticas”, en el marco del contexto actual donde la memoria es un campo de disputa entre el negacionismo y las demandas de verdad y justicia. “Las mujeres de la AFDD no deben ser vistas sólo como víctimas, sino como productoras de memoria y de políticas activas que llegaron a redefinir la resistencia durante la transición democrática”, propuso la expositora.
La siguiente presentación fue de la historiadora Beatriz Medina, quien presentó la tesis de su magíster “¿Sólo ayudistas? Mujeres populares en la Resistencia Popular contra la dictadura, Santiago (1973-1989)”, en la que resaltó sus aportes desde la organización y resistencia, y no únicamente como ayudistas.
Medina se enfocó en la militancia de las mujeres provenientes de sectores populares, su dimensión política, y no solo desde la participaciación no militante. “La perspectiva de género, si bien ha sido enriquecedora, ha tendido lamentablemente a invisibilizar la dirección de clase, que para mí era importante, porque provengo también de los sectores populares”, argumentó la profesora de Historia.
Por último, Fabiola Gacitúa Muñoz, miembro de la Corporación Memoria Lonquén, presentó “Tejiendo memoria. Mujeres como agentes de paz, resistencia y dignidad durante la dictadura cívico-militar chilena”, una exposición sobre las redes de connotación social que “tejieron” las mujeres de esa época, respondiendo tanto al régimen dictatorial como a la situación de crisis económica que atravesó Chile en esos años.
En la presentación, la licenciada en Historia explicó que durante la dictadura las mujeres populares conformaron redes de apoyo como las ollas comunes, además de generar fuertes simbolismos como la cueca sola o las arpilleras. “Las arpilleras son un lenguaje simbólico que evade la censura oficial porque van contando la historia, porque hay un simbolismo que va más allá de los diarios oficiales”.
Panel: El rol de los archivos en la preservación de la memoria
El último panel del día 27 de noviembre, moderado por Maeva Schwend Morales, de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, destacó la importancia de los archivos como herramientas para el resguardo de la memoria histórica y garantizar el derecho a la verdad. En esta conversación se reflexionó sobre el papel de los archivos en la justicia y reconstrucción de la historia reciente, además de ahondar en los desafíos en materia de acceso, conservación y uso público.
La abogada italiana Federica Gitto inauguró el panel con la ponencia “Los archivos como “litigantes en las sombras” en los juicios penales por graves violaciones de los derechos humanos cometidas durante la dictadura: la lucha silenciosa contra la impunidad y el olvido a través de los documentos, entre desafíos actuales y futuros”.
La egresada de la Universidad de Bolonia reflexionó sobre la relevancia de los documentos en los juicios por crímenes de lesa humanidad, destacando cómo los archivos pueden actuar como testigos en un caso.
A continuación, fue el turno de Amapola Cortés, investigadora con formación en Historia del Arte, estudios latinoamericanos y antropología. La especialista presentó “Memoria y archivos insurgentes: una experiencia curatorial en el M68”, en el que analizó el memorial mexicano y los archivos de la resistencia y represión como espacios de memoria.
La expositora detalló el objetivo de su investigación vinculado a contribuir a la verdad y memoria mediante el análisis del impacto del memorial M68, creado a partir de los hechos ocurridos el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, en la Ciudad de México, donde fueron asesinadas cientos de personas a manos de la policía y el ejército mexicano.
Finalmente, el jefe del Departamento de Estudios del Servicio Nacional de Migraciones, Felipe Mallea, expuso “Repositorio “Archivo extranjería, memoria y derechos humanos 1973-1990”. Control y represión de las personas extranjeras durante la dictadura civil-militar en Chile”.
El sociólogo reflexionó sobre la represión de la dictadura contra las personas extranjeras, presentando un sistema de Inteligencia Artificial que sistematizó antecedentes relevantes de personas extranjeras durante el régimen dictatorial. Mallea concluyó a través de una cita del testimonio de Vicente Romero, periodista detenido en Tres y Cuatro Álamos: “Recibir esta documentación supone la confirmación oficial de que aquella situación aberrante que mi esposa y yo vivimos en Chile en septiembre de 1976, no fue una pesadilla, sino una realidad”, versa el extracto testimonial de Romero.
El primer día del seminario concluyó reafirmando la responsabilidad de la comunidad por preservar la memoria y el respeto por los derechos humanos.
Panel: Arte, cultura y Derechos Humanos
Con la moderación de la integrante de la Corporación Memoria Lonquén, Yorka González, el primer panel de la jornada del viernes 28 presentó tres experiencias que abordan el rol de la cultura en procesos de memoria y resistencia durante la dictadura, a través del radioteatro, la acción comunitaria y el documentalismo.
Iniciando la jornada, expusieron Diana Gutiérrez Valenzuela, Isabella Zazzali González y Silvana Núñez Moreno, quienes se refirieron a su rol y experiencia en el proyecto “Radioteatro Microrrelatos de la Resistencia: una metodología para la memoria y los derechos humanos”.
Las licenciadas en Historia de la Universidad de Chile expusieron sobre cómo el radioteatro funciona como una forma de preservar la memoria y los derechos humanos, otorgando identidades a historias con poca visibilidad. “La ficción se vuelve una herramienta política y también es una forma de reparación simbólica”, reflexionó Diana Gutiérrez.
El siguiente expositor fue el gestor cultural por la Universidad de Guadalajara, Roberto Guerra Veas, que expuso “Espacio público, resistencia y acción cultural: el caso de la Plaza Víctor Jara de Pudahuel”.
La investigación del fundador e investigador de la Escuela de Gestores y Animadores Culturales (EGAC) aborda cómo los espacios públicos pueden transformarse en sitios de memoria y resistencia, en específico, la Plaza Víctor Jara de Pudahuel, que actualmente es patrimonio cultural de la comuna gracias a los procesos de resignificación del uso del espacio público en la comunidad.
Para concluir el panel, el licenciado en Historia de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, José Santos Miralles, explicó su proyecto “Registros desde el olvido: documentalismo e infancias en Santiago de Chile, 1982-1989”.
Miralles se centró en las infancias de la dictadura y el registro documental como un soporte para visibilizar la historia social de niños y niñas, y las formas de rescatar esas historias ocultas. El licenciado caracterizó a las niñeces en una “doble marginalidad”, etaria y económica. “Con esta investigación quiero sacar a la infancia como sujeto histórico de este olvido que vive epistemológicamente”, expuso Miralles.
Panel: Impunidad y reparación
El último panel del seminario abordó las políticas y estrategias orientadas a los procesos de reparación de las víctimas y sus familias en materia de derechos humanos. Además, se analizó la situación de impunidad desde distintas perspectivas, tales como justicia y verdad. La sesión fue moderada por la profesional de la División de Promoción de la Subsecretaría de Derechos Humanos, Daniela Oliva Carrasco.
La mesa comenzó con la ponencia “Las políticas de reparación en derechos humanos, una mirada crítica al Estado”, a cargo de Leonardo Terraza Inostroza, de la Escuela Permanente PRAIS.
El antropólogo examinó las iniciativas institucionales que nacieron como reparación ante las violaciones de derechos humanos ocurridas en dictadura, como el Programa de Reparación y Atención Integral de Salud y Derechos Humanos (PRAIS). En este sentido, Terraza criticó las limitaciones y vacíos de esta política.
Luego, la estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad Católica de Chile, Laura Ortega, presentó “La cultura de impunidad en Chile: un análisis crítico sobre la efectividad del sistema judicial ante las violaciones de derechos humanos”.
Ortega reflexionó sobre cómo y por qué ocurren errores en la justicia ante crímenes de lesa humanidad. La estudiante cuestionó también la impunidad en las estructuras del Estado, los obstáculos jurídicos, institucionales y políticos para sancionar a los responsables de estos crímenes.
Para cerrar la jornada, el estudiante de Derecho de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Bastián Vargas García, intervino con “Memoria y olvido en la era digital: negacionismo en el Chile del siglo XXI”.
En el contexto de las nuevas tecnologías, Vargas analizó el negacionismo, el olvido y la distorsión histórica frente a nuevas apariciones simbólicas, como en la comunicación digital. El estudiante planteó cómo influye el olvido en la construcción de la memoria colectiva y la impunidad.
Las jornadas del Seminario derechos humanos, memoria y futuro pueden ser revisadas en el canal oficial del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno de Chile, en YouTube: https://www.youtube.com/@minjusticia