Equidad e inclusión

Comunidad UCHILE dialoga sobre Ley de Autismo y su implementación en la Educación Superior

Comunidad UCHILE dialoga sobre Ley de Autismo y su implementación en la E.S
Josiane Bonnefoy, vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios.
Josiane Bonnefoy, vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios.
Nicole Ojeda, encargada de Inclusión del Ministerio de Educación.
Nicole Ojeda, encargada de Inclusión del Ministerio de Educación.
María Víctora Zambrano, coordinadora del Centro de Recursos para la Enseñanza y el Aprendizaje Universitarios (CREAU).
María Víctora Zambrano, coordinadora del Centro de Recursos para la Enseñanza y el Aprendizaje Universitarios (CREAU).
Conversatorio “Voces y Prácticas en Tensión: Inclusión de Personas Autistas en la Universidad”
Conversatorio “Voces y Prácticas en Tensión: Inclusión de Personas Autistas en la Universidad”
Alejandro Wasiliew, especialista en Educación Inclusiva de la Fundación Wazú.
Alejandro Wasiliew, especialista en Educación Inclusiva de la Fundación Wazú.
De izquierda a derecha: Alejandro Wasiliew, especialista en Educación Inclusiva de la Fundación Wazú; Fernanda Gutiérrez, profesional del CREAU; Nicole Ojeda, encarga de Inclusión del Mineduc; Max Honores, integrante del colectivo estudiantil Autistas Autoconvocados; Dante Aguirre, integrante de organización estudiantil Anticapacitistas JGM.
De izquierda a derecha: Alejandro Wasiliew, especialista en Educación Inclusiva de la Fundación Wazú; Fernanda Gutiérrez, profesional del CREAU; Nicole Ojeda, encarga de Inclusión del Mineduc; Max Honores, integrante del colectivo estudiantil Autistas Autoconvocados; Dante Aguirre, integrante de organización estudiantil Anticapacitistas JGM.

Con el objetivo de visibilizar experiencias, reconocer obstáculos y construir colectivamente propuestas que fortalezcan la implementación efectiva de esta normativa, la pasada semana estudiantes, funcionarias que trabajan en la materia y expertas ministeriales y externos se reunieron para dialogar en la jornada “Ley TEA en la Educación Superior: Avances, desafíos y caminos por recorrer”, a poco más de dos años de su promulgación. 

Organizada por la Subdirección de Equidad e Inclusión de la Universidad de Chile (SEI), junto al Centro de Recursos para la Enseñanza y el Aprendizaje Universitarios (CREAU) de la Facultad de Filosofía y Humanidades, la actividad estuvo encabezada por la vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios, Josiane Bonnefoy, quien destacó que desde su mirada la implementación de esta Ley “exige más que buena voluntad: requiere planificación, recursos, formación y, sobre todo, una mirada ética y humana sobre la diferencia. Nos desafía a adaptar nuestras prácticas de docencia, de gestión institucional, de vinculación con el medio y de investigación. Y nos llama a construir espacios donde todos y todas puedan participar, aprender y desarrollarse plenamente”.

En esa misma línea el profesor Lino Cubillos, director de la Escuela de Pregrado de la Facultad de Filosofía y Humanidades, indicó que “esta Ley nos invita a reconocer el autismo y la neurodiversidad como dimensiones legítimas de la diversidad humana. Al mismo tiempo, nos plantea profundos desafíos consistentes en repensar las prácticas docentes, repensar la configuración de las aulas y también la forma en que nos relacionamos para que todos y todas tengan un lugar real y no sólo simbólico en la experiencia universitaria”. 

Por su parte María Víctora Zambrano, coordinadora del Centro de Recursos para la Enseñanza y el Aprendizaje Universitarios (CREAU), expresó que lo que señala el artículo 21 de la Ley -único apartado que menciona la educación superior- no es es suficiente, “ya que no especifica mecanismos, criterios y estándares para garantizar esas condiciones. Tampoco reconoce las múltiples barreras que enfrentan las y los estudiantes autistas en la educación superior”, agregando que “en la práctica, la responsabilidad se delega a cada institución, reproduciendo las brechas que justamente tenía que corregir. Por eso, hoy más que nunca, la Ley TEA debe entenderse en coherencia con el espíritu del DUA (Diseño Universal para el Aprendizaje), no como una norma declarativa sino como una invitación a diseñar sistemas educativos desde la diversidad, ya que la inclusión sostenible no se logra con respuestas puntuales sino con transformaciones de sistemas”.

Justamente para conversar sobre estos “problemas” e “insuficiencias” que tiene la normativa, la actividad comenzó con una charla de Nicole Ojeda, encargada de Inclusión del Ministerio de Educación, en la que presentó los principales ejes del documento “Ley 21.545: Orientaciones para su implementación en la Educación Superior”, elaborado en enero pasado y que tiene por objetivo “orientar a la instituciones en la implementación de mecanismos de inclusión más atingentes, que respondan a los requerimientos y características de las y los estudiantes autistas y al paradigma de la neurodiversidad”, destacando cuatro dimensiones centrales: gestión institucional, docencia y proceso de enseñanza-aprendizaje, vinculación con el medio, e investigación. 

La profesional, además, analizó lo que a su juicio son los desafíos centrales que enfrentan las instituciones para construir una mejor respuesta para las y los estudiantes, reconociendo factores claves como la rigidez curricular, el financiamiento a los apoyos, la sensibilización de la comunidad y la capacitación del cuerpo funcionario y académico, poniendo énfasis en este último estamento: “Es importante poder desarrollar estos espacios. Consideramos que estas instancias se dan muchas veces en las instituciones, pero no participa toda la gente que nos gustaría que participara. No participa todo el cuerpo docente que es necesario que participe. Entonces es un desafío, porque es importante y no estoy hablando sólo de la capacitación para atender a las personas autistas, sino que desde la sensibilización de entender que la diversidad enriquece nuestros espacios educativos”.

La jornada culminó con el conversatorio “Voces y Prácticas en Tensión: Inclusión de Personas Autistas en la Universidad”, en el que participaron Dante Aguirre, integrante de organización estudiantil Anticapacitistas JGM; Fernanda Gutiérrez, profesional del CREAU; Alejandro Wasiliew, especialista en Educación Inclusiva de la Fundación Wazú; Max Honores, integrante del colectivo estudiantil Autistas Autoconvocados y la mencionada Nicole Ojeda, encarga de Inclusión del Mineduc; y fue moderado por la subdirectora de Equidad e Inclusión, Maribel Mora. 

En la instancia se dialogó sobre la conexión entre las experiencias universitarias de las y los jóvenes y los principios de la Ley de Autismo, los desafíos de las distintas unidades académicas para la participación real de las y los estudiantes, las transformaciones estructurales que debe impulsar la U. de Chile, así como también sobre las estrategias o acciones que se deben priorizar para una mejor implementación de la normativa, entre otros temas. 

Las y los estudiantes reconocieron las diferencias que existen entre las distintas facultades que componen la Universidad, tanto en la disposición a las adecuaciones curriculares como en la infraestructura y cómo éstas dificultan la vida universitaria. 

“Si bien yo no he tenido problemas en mi Facultad (FFHH), creo que una de las grandes barreras que uno puede encontrar al momento de solicitar ajustes razonables es la concientización de parte de los profesores en torno a aceptar los ajustes razonables y me refiero que existen ciertos profesores que todavía no tienen esta capacitación y no ven estos ajustes razonables como la activación de un derecho sino como un favor que nos están haciendo”, señaló Max Honores, estudiante integrante de Autistas Autoconvocados.

Alejandro Wasiliew, especialista en Educación Inclusiva de la Fundación Wazú, desde su experiencia, complementó este punto: “Contar con instancias de formación en las que puedan participar todos los docentes y no solo aquellos que a lo mejor tienen más sensibilidad con el tema es tremendamente relevante para ir elevando el estándar. Y también acompañar ese proceso con oportunidades de compartir buenas experiencias, de tal modo que se puedan ir difundiendo las buenas prácticas, las buenas experiencias que se tengan en ajustes, pero sobre todo conteniendo en el horizonte la diversidad, con la intención de que el aprendizaje o las oportunidades de aprendizaje sean para todos y todas”.

“Mientras siga siendo una práctica predominante y cotidiana tener este paradigma biomédico, vamos a tener constantemente los desafíos de no identificar las transformaciones desde un modelo social de la discapacidad que propone constantemente mirar las barreras del ambiente. Además, desde CREAU creemos que las transformaciones concretas tienen que ser desde el diálogo, no desde el mandato, para finalmente así hacer prácticas sostenibles que transformen la realidad del estudiantado y de cualquier persona neurodivergente que participe en la Universidad”, agregó Fernanda Gutiérrez, profesional del CREAU

Finalmente, Dante Aguirre, integrante de Anticapacitistas JGM, recordó que el autismo no sólo involucra directamente a la comunidad estudiantil: “Hemos hablado mucho del apoyo a estudiantes autistas pero no tenemos un protocolo o algo para poder apoyar a funcionarios y a profesores autistas, y creo que es algo súper importante, porque también más allá de que es algo necesario y que es un derecho, también es una manera de que las personas autistas que están estudiando actualmente puedan tener referentes de que sí se puede al final poder llegar al campo profesional, que sí se puede trabajar y que sí pueden haber maneras en las que se nos apoye a futuro”.