Una reciente investigación publicada en el International Multilingual Research Journal mostró cómo la realidad virtual puede “trasladar” el mundo rural mapuche al aula urbana, abriendo nuevas posibilidades para la enseñanza de lenguas originarias en Chile.
El estudio —realizado por Margarita Calderón, Sofía Bravo, Diego Fuenzalida, Manuel Huichao y Pedro Vargas, del CIAE y el Departamento de Estudios Pedagógicos (DEP) de la Universidad de Chile— analizó el uso de tecnologías inmersivas para enseñar mapuzugun, la lengua del pueblo mapuche, en escuelas de la Región Metropolitana con alto índice de vulnerabilidad social. En ellas, educadores tradicionales mapuche implementaron recursos digitales creados en conjunto con investigadores y desarrolladores tecnológicos.
Tecnología y tradición: un puente entre mundos
Uno de los principales hallazgos fue la valoración de la tecnología como medio para acercar la cultura mapuche a los estudiantes urbanos, tal como señaló uno de los educadores participantes: “Puede traer ese mundo rural, aunque sea de forma digital, a lo urbano, y poder soñar como lo permiten los juegos”.
El investigador del CIAE, Diego Fuenzalida, subraya que la tecnología se consolidó como recurso pedagógico clave para movilizar prácticas culturales hacia territorios urbanos: “Las tecnologías inmersivas construyen un nuevo contexto que permite traer el mundo rural a lo urbano y generan un espacio translocal en el cual el aprendizaje intercultural puede desarrollarse en diálogo con la vida cotidiana de los estudiantes”.
El estudio también identifica un cambio cultural en curso. “La idea de que la cultura mapuche no dialoga con la tecnología se basa en un imaginario estancado”. Además, enfatiza que la cultura es “una práctica viva que se transforma, se actualiza y se reinventa junto con las sociedades contemporáneas”, explica Margarita Calderón, académica del DEP de la U. de Chile.
La investigación muestra que tanto educadores como estudiantes valoraron positivamente el uso de la realidad virtual. Los niños y niñas calificaron la experiencia como entretenida y distinta, y algunos la vincularon con un interés genuino por conocer la cultura mapuche.
Para el equipo de expertos, estas percepciones evidencian que la motivación por aprender aumenta cuando el conocimiento se asocia a experiencias digitales significativas. “La incorporación de tecnologías estimula los sentidos y permite relacionarse con los contenidos de forma más dinámica e interactiva, potenciando la comprensión y el compromiso de los estudiantes”, dice Calderón.
Lenguas vivas en espacios digitales
El artículo sostiene que la revitalización del mapuzugun requiere abrirse a los espacios contemporáneos: “Mapuzugun tiene que ocupar todos los espacios: literatura, música, videojuegos, películas, porque es la única forma de hacerlo parte de nuestra vida cotidiana. Ningún idioma se aprende en una clase una vez por semana”, plantea uno de los educadores tradicionales que participó del estudio.
En este sentido, los investigadores plantean que la escuela puede transformarse en un espacio de reconexión cultural, especialmente en territorios urbanos donde vive la mayoría del pueblo mapuche. “En contextos donde los elementos tradicionales están distantes, la tecnología se convierte en un medio de acceso y de revitalización simbólica”, analiza Fuenzalida, quien advierte que el uso de tecnologías inmersivas no busca reemplazar la tradición, sino ampliar sus formas de circulación. “Existe un ámbito cultural que la tecnología no puede reproducir”, como las ceremonias o prácticas espirituales, que “deben ser vividas en comunidad y no trasladadas a la virtualidad”, agrega.
“Los educadores logran generar innovación para motivar a los estudiantes. Son conscientes de que, más allá del medio, lo relevante es transmitir los principios de la lengua y la cultura de su pueblo de una manera significativa para las nuevas generaciones”, concluye Margarita Calderón.